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8/19/2010

debates...como definir nuestro destino..

La universidad abierta… a la posibilidad de ser más abierta

La negativa dada hasta ahora a la designación de Roberto Tato Iglesias como Profesor Consulto de la Universidad Nacional de San Luis, desnuda la concepción del académico que tiene la universidad y la relación que mantiene con la sociedad.

Las universidades nacionales públicas de Argentina, hacen gala de su apertura a la sociedad y sus vínculos y preocupación con las necesidades de la gente. No caben dudas que hacen un esfuerzo por establecer y sostener estos vínculos. Sin embargo lo hace en forma errática, no siempre es constante y a veces no guarda coherencia entre lo que dice y lo que hace.

En el fondo, en su raíz más intima, más concretamente, a sus integrantes la elite científica, a sus investigadores que la componen, no les interesan los vínculos con la sociedad, excepto si existe un rédito de tipo económico o político y sobre todo si no conlleva un esfuerzo desmedido que los aleje de la construcción de poder político-científico-académico al interior de su institución. Las conductas monásticas de la comunidad universitaria, se da hacia adentro, no hacia fuera. Hacia adentro somos capaces de trabajar sin calefacción, sin recursos, en condiciones de inseguridad, ad honores. Hacia fuera, pretendemos cobrar servicios y generar convenios que traigan réditos.

En este sentido es difícil que en universidades como la Universidad Nacional de San Luis, que adolece en parte de lo expresado más arriba, sus integrantes tengan el reconocimiento y el respeto de la sociedad.

La comunidad de San Luis, conoce que la Universidad Nacional de San Luis genera profesionales en tal o cual carrera o disciplina científica, pero definitivamente no sabe como lo hace ni que hace, mucho menos por qué lo hace. La sociedad de San Luis, los puntanos, no respiran UNSL, básicamente porque la UNSL es un sistema cerrado que no comparte su aire. De hecho no deja escapar ni las burbujas del aire exhalado. El sistema es similar al que usan los buzos tácticos. Es decir inhalan el oxígeno del aire, pero el dióxido de carbono y otros gases, no hacen burbujas en el agua, no sale a la superficie, es absorbido por una bolsa con compuestos químicos. Así, uno sabe que hay buzos en el agua, pero no sabe donde están, cuanto tiempo llevan abajo, que hacen o cuando van a salir.

Recientemente sin embargo ha ocurrido un hecho más que significativo por sus características, por su trascendencia, por lo que anticipa. Hace unos días se conocieron los textos de los dictámenes, dos en contra y uno a favor de la designación en el Cargo de Profesor Consulto a Roberto Tato Iglesias, profesor de la Universidad Nacional de San Luis. Por la negativa se expresaron la Prof. Emérita Violeta Guyot (UNSan Luis) y el Prof. Emérito Arturo Roig (UNCuyo), por la afirmativa el Dr. Efraín Richard (UN Córdoba). La trayectoria de Roberto Iglesias fue evaluada con ciertos cánones y criterios. Esos cánones y criterios son el aire que respira la Universidad.

Todavía resta que estos dictámenes sean evaluados en el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas y luego en el Consejo Superior de la Universidad Nacional de San Luis, por voto secreto. El Consejo Superior tendrá la última palabra.

¿Por qué dos de los tres evaluadores dicen que no a la propuesta de designarlo Profesor Consulto? La respuesta es porque no reúne antecedentes suficientes en la investigación ni en la formación de recursos humanos, dice en resumidas cuentas dos de los dictámenes.

En el circuito cerrado de la UNSL pero también en la gran mayoría de las universidades nacionales, esto quiere decir que Tato Iglesias, no reunía decenas de manuscritos científicos, capítulos de libro, becarios de CONICET o de la UNSL sistema de ciencia y técnica de la universidad, no tenía convenios, ni hacia servicios pagos. No tenía patentes. Esto y estar afuera de la universidad, es prácticamente lo mismo. Tato Iglesias, no es un buzo táctico.

Pero entonces qué hizo este profesor durante más de 30 años?

Tato Iglesias, hizo otra cosa*. Tato impregnó de entusiasmo a sus colaboradores, llevó la palabra a la acción y abrió las puertas de la universidad y como no alcanzó, sacó la universidad a la calle, a las rutas, a otras provincias y la llevó a los pueblos a rincones a otras escuelas a otras universidades. Tato compartió el aire que respiraba, Tato investigó como se comparte, como se recibe, como se difunde. Publicó lo que debe haber considerado verdadero y necesario publicar. El resto de lo que pide el sistema, no le importó demasiado. Se animó a hacer, sin preguntar como. Exploró, creó, generó. Sacó los dos pies del plato. En definitiva al hacer algo distinto, mal visto, también ejercía una forma de resistencia al lo establecido a lo convencional. Pero la Universidad Nacional de San Luis, no premia estas actividades. No reconoce esta forma de hacer y transmitir conocimientos.

Una de las críticas de la comunidad universitaria respecto del tema, está dirigida a los colegas y colaboradores que solicitaron se designe a Iglesias como profesor Consulto. Al hacerlo, dicen, sus colegas exponen a Iglesias a que esta universidad lo evalúe con criterios que Tato Iglesias en el fondo nunca compartió. Pero la situación merece y tal vez requiera mirarse con otros ojos. Porque en el fondo este es otro acto de resistencia. Si Tato Iglesias obtuviera la designación como profesor Consulto, marcaría la diferencia. Esta universidad ya no sería la misma. Habría roto con lo establecido. Y por eso esta discusión no es sólo académica, es también política y sobre todo ideológica. Esta discusión es sobre la forma de ver y entender el conocimiento, a la universidad a sus prácticas y sus vínculos con la sociedad.

Algunas reflexiones. La primera es que Roberto Tato Iglesias, no debe estar lamentando no ser Profesor Consulto de la Universidad Nacional de San Luis. Si debe lamentar sin embargo, que la Universidad no tenga la capacidad de replantearse las formas de hacer las cosas, de ver y hacer extensión, docencia y ciencia, de vincularse con la sociedad. Por estos días, debe preocuparle que la ortodoxia prime sobre la heterodoxia, debe inquietarle que la universidad elija la tranquilidad al riesgo. La discusión debería incluir también, la necesidad de tener categorías de profesores extraordinarios, y que estos sean rentados.

El otro aspecto es que la negativa parcial expresada hasta el momento a su postulación fuera resistida y cuestionada no sólo por colegas sino por personas externas a la universidad. Es inaudito. Es además fantástico. Por acercamiento, por simpatía, por reconocimiento, por que lo consideran justo, se multiplican las cartas de adhesión a Tato Iglesias. Esas notas esgrimen argumentos, piden, solicitan y cuestionan a la Universidad Nacional en general y a la Universidad Nacional de San Luis en particular que revea su sistema de merituar. Lo hacen en tono variado, las hay vehementes y que a la vez argumentan, otras hacen gala de un verdadero conocimiento sobre los procesos vinculados a la educación, las aristas políticas de la evaluación y por supuesto las ideológicas. Esta acción de queja, de pedir y cuestionar por parte del que esta fuera de la universidad o fuera de esta forma única de concebir la academia, generó una reacción en los que estamos dentro, los buzos tácticos. No faltaron quienes reaccionaron contra los impíos, ajenos a la Universidad, que osaron cuestionar como se hacen las cosas dentro de la Universidad.

La Universidad Nacional, en particular la de San Luis, de a ratos confunde o se le olvidan las necesidades de la sociedad. A demás de las necesidades vinculadas a salud y desarrollo, es decir esas necesidades que están en la lista de lo que una buena universidad debería atender, existen otras. La comunidad de San Luis, por caso, necesita un contacto sincero con la Universidad y su gente, necesita perderle el miedo, necesita verla terrenal, necesita saber que pasa adentro, necesita tener ingerencias, necesita opinar. Esto no se logra solamente con oficinas de Vinculación Tecnológica. Es obvio que llevará tiempo.

El “si” del Consejo Superior a la propuesta de designar a Roberto Iglesias como Profesor Consulto de la Universidad Nacional de San Luis abriría las puertas de la universidad. Significaría que la universidad finalmente aceptó que existen otras formas validas, genuinas, respetadas y compartidas de conocer, generar conocimiento y comunicarlo.

Mirar a la sociedad a los ojos, abrirse a la comunidad, revisar sus prácticas en forma sincera, proponer el cambio en lo sustancial y en lo que duele cambiar, tal vez sean los verdaderos desafíos de la Universidad Nacional de San Luis.

Antonio Mangione


* Una ampliación de la trayectoria, inclusive con mayor detalle que el que debe figurar en el Currículum de Roberto Iglesias y en las actas del dictamen, se encuentra disponible y fue compilado por Pedro Enriquez y Clotilde De Paw docentes e investigadores de la UNSL.

http://www.periodistasenlared.info/agosto10-17/nota6.html 17-8-2010

entrevista a Tato Iglesias por Radio Universidad de San Luis en los videos de la siguiente pag./ copia el link.

http://www.youtube.com/user/picamiel1#p/u/5/okc0Ux9SckY

Mas ampliaciòn sobre el mismo tema copiar el siguiente link:

http://argentinasinmiel.blogspot.com/2010/08/tato-iglesias-cambiar-el-mundo-es-la.html


tambièn publicado en:
http://argentina.indymedia.org/news/2010/08/746143.php


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